jueves, 16 de junio de 2016


                                                La Joven De La Chaqueta




Era una noche fría y lluviosa, cuando un joven estudiaba para sus exámenes de graduación. Después de tanto estudiar decidió ir a relajarse a un bar que quedaba cerca a su casa. Llegó al bar y pidió una Coca-Cola; cuando de pronto, al otro extremo de la barra, vio a una hermosa joven de ojos azules y dorada cabellera.

 Él se le acercó aprovechando que la joven se encontraba sola y se presentó. La joven le dijo que su nombre era Laura y después de tanto charlar, ella le dijo que tenía que regresar a su casa porque ya era demasiado tarde. El joven trató de convencerla para que la acompañe pero ella se negó rotundamente.

La joven salió del bar y detrás de ella, el joven. Seguía lloviendo por lo que el joven se ofreció a prestarle su chaqueta, lo cual también era un pretexto para poder verla al día siguiente. La joven le dio su dirección para que pudiera ubicarla y después se despidieron con un tierno beso.

Al día siguiente, el joven fue a la casa de Laura y tocó la puerta, y salió una anciana de aspecto humilde. El joven preguntó por Laura y la anciana, nerviosa y enfadada, le reclamó diciendo que allí no había ninguna joven y le pidió que se fuera a otro lado a hacer sus bromas pesadas. El joven, desesperado por ubicar a Laura, insistió y de pronto vio detrás de la puerta, una foto de ella y la señaló diciendo que era ella la joven a quien buscaba.

La mujer, furiosa, agarró de una oreja al joven y lo llevó a rastras hasta un cementerio cercano. En el trayecto del camino, la anciana, que ya se había calmado, le contó entre lágrimas que Laura era su hija menor y que había fallecido año atrás debido a un accidente de tránsito.

Al llegar al cementerio, el joven sin decir palabra alguna, señaló una de las tumbas y dijo: -"Esa es la tumba de Laura"- a lo que la anciana preguntó intrigada como es que él sabía si nunca había estado allí y el joven respondió...

"Es que en esa tumba está mi casaca".

miércoles, 15 de junio de 2016

CALLAO: Los fantasmas del Real Felipe tienen muchas historias que contar

Son conocidas las historias de fantasmas en castillos ingleses, apariciones espectrales de seres condenados que vagan por la Tierra expiando sus culpas sin poder descansar en paz. Al menos eso dicen las leyendas, Sin embargo, tales apariciones no son exclusivas del Viejo Mundo ya que también cruzaron los océanos y se asentaron en los construidos aquí por los europeos, En efecto, una de las construcciones militares mas imponentes que existen en América, es la Fortaleza del Real Felipe ubicada en el Callao, construida para defender la capital del imperio ultramarino español del asedio de los piratas ingleses. Su nombre fue elegido en honor del rey Felipe V de la Casa de Borbón, que había fallecido en 1746. Tras la Independencia del Perú, fue renombrada por el Libertador José de San Martín como «Castillo de la Independencia» retomando su nombre original en 1925, durante la dictadura de Augusto B. Leguia, a modo de “reconciliación” con la Madre Patria .Desde su construcción, el Real Felipe ha sido siempre una fuente inagotable de historias, relacionadas, con las incontables batallas que aquí se libraron. Pero lejos de esto, existen también otras historias, mucho menos ortodoxas, que han comenzado a llamar la atención de los miles de visitantes que anualmente, recorren cada uno de los pasillos de este enclave militar. Son historias vinculadas a fenómenos paranormales, historias que narran las apariciones de mujeres a mitad de la noche, de ruidos extraños como de cadenas o gritos, e incluso, historias de muerte. Entre las narraciones más populares que rondan el fuerte, se encuentra la de la Dama Blanca, que según los testimonios se trataría del espectro de una mujer que suele aparecer a medianoche, en la puerta del Torreón del Rey. Los testigos señalan que la misteriosa imagen aparece sobre el puente que separa la torre del complejo, vestida completamente de blanco, sin pies y cantando una melodía tenebrosa. La desconocida mujer fantasma, al parecer sería una de las muchas mujeres de familia realista que, en medio de las guerras de Independencia, buscó refugio en el Real Felipe durante el asedio patriota al mismo, tras la sublevación del Callao en 1824, en la cual el Brigadier español José Ramón Rodil resistió heroicamente un sitio de casi dos años. Para el momento de la capitulación, el 90% de civiles y militares españoles, asi como de los colaboracionistas peruanos - los llamados “godos” liderados por el marques de Torre Tagle - dentro de la fortaleza, habían muerto, víctimas de la peste. Otra historia que circula por quienes han visitado el lugar es aquella que cuenta el suicidio de uno de los militares encargados de hacer la guardia en el Torreón de la Reina. Se dice que el soldado, temeroso de enfrentar los fenómenos inexplicables que allí se presentaban subió una noche a la terraza de la torre y una vez allí decidió lanzarse al precipicio para acabar con su vida. Estas historias han sido corroboradas por los propios militares y guías turísticos que trabajan en la fortaleza, quienes además, aseguran haberse encontrado en más de una oportunidad con uno de estos fenómenos.Verdad o no, lo cierto es que la fortaleza pareciera hoy contradecirse con el propio peso de su pasado. El silencio que hoy puede sentirse entre sus pasillos y ambientes se contrasta notoriamente con el estruendo de los cañones y los gritos de dolor que alguna vez ensordecieron cada rincón de este lugar y los espectros de hoy bien pudieron ser los hombres que en ese entonces la defendieron con su vida, creyéndola inexpugnable. En todo caso, esas continuas apariciones son un misterio sin resolver.

CALLAO: El barco 'fantasma' de la isla San Lorenzo

Existen diversas leyendas urbanas que hablan de barcos fantasmas que regularmente “aparecen” en la oscuridad de la noche en la bahía del Callao, los cuales - dicen quienes afirman haberlos visto - podrían tratarse de naves piratas que asolaban las costas en siglos pasados, como la del holandés Jacques l'Hermite , quien murió en la vecina Isla San Lorenzo en 1624 producto de la disenteria, luego del fracaso en su intento de tomar el Callao. Desde entonces se dice que “vuelve” continuamente en busca de sus posesiones enterradas  - producto del saqueo de Guayaquil - en algún lugar de aquella isla desierta. Si bien muchos en los últimos tiempos han deseado ir a por ellas, resulta imposible hacerlo al estar la isla en una zona restringida bajo control militar. Pero no es de aquel fantasma del cual nos vamos a ocupar en esta oportunidad (ya habrá tiempo para ello), sino de otro mas reciente, si cabe el termino. Era 1942 y Europa estaba envuelta en la II Guerra Mundial. Sin embargo, tras la declaración de guerra de Alemania a los EE.UU., este ordeno a los gobiernos latinoamericanos  - que se habían mantenido neutrales ante el conflicto - que rompieran relaciones diplomáticas con las Potencias del Eje, pongan bajo arresto a sus ciudadanos y confisquen sus bienes y empresas. Como era de esperar, el corrupto y decadente gobierno peruano de aquel entonces, dirigido por Manuel Prado Ugarteche, el mas servil y abyecto lacayo de la política estadounidense en la región que se recuerde, obedeció la orden de su amo y procedió a cumplirlo a la brevedad posible cometiendo una serie de repudiables violaciones y  toda clase de abusos contra las prosperas colonias alemanas, japonesas  e italianas que existían en el Perú, confiscando sus negocios y propiedades que ostentaban como bancos e industrias ¿Sabían por ejemplo que el actual Banco de Crédito, el mas importante del país, originalmente fue el Banco Italiano?. Este pobre diablo no solo “declaro la guerra” al III Reich  - un gesto ridículo por donde se le mire ya que la Wehrmacht los hubiese barrido en un instante -  sino que  también permitió a los Estados Unidos la instalación de una base aérea en Talara, así como la deportación masiva de residentes alemanes, italianos  y japoneses hacia campos de confinamiento en condiciones inhumanas ¿Se puede caer tan bajo en su grado de servilismo a Washington?. No es de extrañar por ello que los tripulantes alemanes de unos buques anclados en el Callao, al ver lo que se venia, decidieron zarpar de inmediato y hundir sus naves en el mar para evitar que cayeran en manos del gobierno peruano, incluyendo uno en la isla San Lorenzo. El hundimiento de la nave se produjo rápidamente que no dio tiempo a los marineros salvarse. A partir de entonces, son muchas las historias que narran haber visto como se encienden en el horizonte las luces de un barco inexistente a altas horas de la madrugada, envuelto en una espesa niebla. Lo terrorífico de estos relatos es que, según los guardacostas, esas luces hacen señales desesperadas de auxilio, como si sus tripulantes ahogados hace muchos años quisieran salir. Y al acercarse al lugar del cual provienen esas luces,  no encuentran absolutamente nada. Asimismo, los radares no logran captar  ninguna señal al momento que aparecen, por lo que oficialmente se ha declarado que dichas “anomalías” son perturbaciones atmosféricas. Vaya uno a saber lo que sean en realidad.